Por difícil que parezca para muchas madres, por ese miedo a que nuestros hijos pasen hambre, por esos comentarios que se oyen continuamente sobre nuestra leche, “no es de buena calidad, no tienes bastante, el niño pasa hambre”, todas tenemos leche suficiente para alimentar a nuestros hijos.
Este es mi mensaje, no solo por la experiencia que me ha tocado vivir, sino, por la información y ayuda recibida de las Asociaciones de lactancia, que como sabemos, dan esos consejos tan importantes en este camino duro, pero tan maravilloso de la lactancia.
Cuando nació Eire mediante cesárea, tenía muy claro, que nada de complementos, que a demanda y esas ideas claras que llevamos en la cabeza cuando vamos al hospital y quieres alimentar a tu hijo con lactancia materna. Tuve hemorragia y me obligaron a estar tumbada las primeras 24 horas, mi pezón era pequeño y con la cesárea el calostro sube mas tarde. Ninguna enfermera me aconsejo nada sobre lactancia, y a base de preguntar, una de ellas me dedicó su tiempo y fue muy agradable, pero no me informó adecuadamente, me dio una pezonera. Ponía al pecho a mi niña como podía, porque entre los tubos, tumbada y con la pezonera, era muy difícil, por lo tanto, terminé dando a Eire un complemento, siempre por el miedo a que pase hambre. Mi primer gran error que llevo casi al fracaso.
Los siguientes días, amamantaba a Eire con pezonera, se me formaron costras y con la pezonera no desaparecían, y esto propicio que los conductos se obstruyeran, cada vez daba más complementos para que mi niña no pasara hambre. Resultado, prácticamente se me retira la leche, salía salada, muy espesa y prácticamente nada. Yo, totalmente convencida, que era una de esas madres que tenía poca leche.
Primer paso para solucionarlo, sola y sin saber dónde acudir, quitar la pezonera. Para Eire fue aprender de nuevo el arte de la succión. Segundo paso, utilizar sacaleches, para intentar sustituir la leche artificial por la leche materna, y por supuesto y como tercer paso, a demanda. Las costras empezaron a desaparecer y sin saberlo, estaba subiendo producción de leche.
Me decido a buscar en Internet y contactar con una Asociación de lactancia, este paso lo di, porque gente de mi alrededor, estaban con el mismo problema y me negaba a creer que todas teníamos leche insuficiente para alimentar a nuestro bebes. Por fin, me explican las cosas y consigo entender cómo funciona la lactancia materna y cómo muchas madres, lo hacemos inadecuadamente sin saberlo.
Las dos ideas para mí más importante son, subir la producción y que todas tenemos leche para alimentar a nuestros bebes. Si en un momento dado, se tiene leche insuficiente por el motivo que sea, nuestro fin será, subir la producción. Una vez que entendí esta idea, todo vino rodado, solo es tener paciencia y confianza en nosotras mismas, se puede conseguir!!!!
El pecho no es un almacén de leche, sino una fabrica, por lo tanto no esperes tener el pecho lleno todo el día, NO, gran error, el pecho produce leche continuamente, por lo tanto, si el bebe esta mamando, siempre está obteniendo leche. Cuanto más mama el bebe, mas sube la producción de leche, mas fabrica a cada instante, por ello, debe ser a demanda, porque el bebe es quien regula esa producción. Por eso, el bebe, tiene temporadas, o días, en los que crece y necesita más leche, por ello, el bebe muchas veces empieza de nuevo a pedir más tomas al día, tranquila, esto sólo durara unos días, hasta que el bebe suba la producción y la cantidad de leche sea de nuevo suficiente.
La lactancia puede llegar a ser más complicada de lo que realmente es, pero es de lo más bonito que hay, la satisfacción de saber que tu bebe está bien alimentado, que le aportas todo el cariño, sus necesidades y relajación que necesita, son tantas cosas buenas y positivas que merece la pena intentarlo.
Escritora e ilustradora de cuentos infantiles, talleres de Inteligencia emocional para niños, Naturópata higienista, Reflexóloga y aprendiz de la vida.