Hoy quería poneros la historia de una chica muy valiente, historia que ella misma ha escrito, y que explica cómo pudo abandonar una relación que la estaba hundiendo como persona.
Me considero una persona libre e independiente, por eso mismo no sé cómo pude terminar así….
Conocí a mi expareja en el trabajo, quizá pasaba por un momento de soledad y en seguida me llamó la atención, ¡era tan guapo!… Empezamos a vernos, y al principio todo iba muy bien.
De repente empezó a obsesionarse con mi pasado, con quién y cuántas parejas había tenido. Yo me había independizado joven y siempre había hecho lo que me apetecía en cada momento con toda la libertad y con todo el respeto del mundo. Él sin embargo, sólo había estado con una persona a la que acabó engañando.
Cuando me quise dar cuenta, él estaba viviendo en mi casa, cambiando el número de mi móvil para que no me molestaran mis exparejas, después para que no me molestaran mis amigas. Poco a poco hizo que no hablara con mis compañeros de trabajo porque eran todos unos babosos que sólo querían sexo conmigo. Sin darte cuenta, empiezas a pensar como él, sin hablar con chicas porque son muy malas influencias y ligeras de casco y con miedo a ir a comprar al supermercado y que algún chico joven se acercara a poca distancia de mí. Termine por evitar mirar a las personas, por lo que tener relación con ellas menos todavía,…
Estar enamorada de él no era suficiente. Quería tener un hijo porque si no, no era tan fácil domarme, y así poderse asegurar que siguiésemos juntos… Era como una forma de sellar nuestro amor para él.
Ingenua de mí pensé, que cuando naciera mi hijo, todo cambiaría y que él se relajaría y por fin confiaría en mí…, en cambio pase un embarazo con una ansiedad muy grande sin poder salir prácticamente de casa…, a no ser que fuera yo sola.
Nació mi hijo y nada cambio,…, todo siguió igual, aislada totalmente. Hacíamos cosas en familia pero nadie podía entrar en nuestro círculo. Me salieron unas machas en todo el cuerpo, psoriasis, por el estrés y la ansiedad a la que estaba sometida.
Había cosas que no me gustaban de mi relación, pero a quien no, él también tenía que aguantar cosas de mí, es lo normal en una pareja…, así pensaba.
Trabajábamos juntos, por lo tanto estábamos 24 horas del día sin separarnos, y así estuve unos cuantos años.
Como soy inquieta, y no podía estar sin hacer nada, decidí hacer manualidades y ponerme a estudiar. Pero claro, cómo se me pudo ocurrir tal cosa, por parte de él recibí todo tipo de comentarios de lo mala madre que era y todo lo que me aburrían mis hijos. Al final pude hacerlo porque era sin salir de casa, cuando acostaba a los niños.
Cada pequeño cambio que hacía era una discusión, cada acción que fuera salir de nuestro circulo era un enfado, un sin fin de explicaciones y faltas de respeto. Eso no podía ser amor.
Decidí ir a por mi segundo hijo, ya no tenía nada que arreglar, simplemente quería tener dos hijos que se apoyaran mutuamente.
Cuando nació mi segundo hijo algo en mí cambió. Me volví más rebelde, no me conformaba como antes, necesitaba respirar, ¡necesitaba vivir!
Cuando volví al trabajo me cambiaron de sección, con lo que empecé a relacionarme con gente de mi edad, mujeres como yo, y descubrí que: mi relación no era normal, que yo no era ninguna puta, sólo una persona libre, con un pasado que ama y siente sin hacer daño a nadie, que soy joven, que puedo hablar con un hombre sin que ello traiga consigo tener algo más, que puedo quedar con amigas y no tengo porque sentirme mala madre, que no importa los años que tenga para ponerme a estudiar, que no soy egoísta por necesitar mi espacio, mi parcelita,…
Aun así, estaba tan anulada que nadie sabía por lo que estaba pasando. El solía decirme que no podía traicionarle de esa manera, que él era mi familia y que no necesitaba a nadie más.
Estaba deprimida, cuidaba a mis hijos pero en mi rostro no se dibujaba ninguna sonrisa. Mi psoriasis cada vez iba a más. Tenía que concentrarme para poder tener relaciones sexuales, cada vez me costaba más estar a su lado porque empecé a entender que él era el culpable de mi tristeza, de mis ganas de nada. En el trabajo conseguía evadirme algo, pero siempre mirando de reojo por el miedo de tenerle detrás.
Mi vida se convirtió en un verdadero infierno, en el que se sucedían los días sin importarme nada, con 30 años me sentía muerta, apagada, ni siquiera mis hijos me daban ya esa fuerza para seguir, porque en realidad no encontraba ninguna salida, estaba tirando mi vida por la borda.
Casualmente conocí a un par de personas que me hablaron del reiki, vampiros de energía… en definitiva otra manera de vida.
Fui a un homeópata por la psoriasis, me dijo que era por la ansiedad del trabajo. ¿El trabajo? Si es lo más aburrido del mundo , eso no podía ser…, finalmente empezamos a hablar de mi relación y por primera vez pude expresar todo lo que llevaba guardado tantos años, y alguien ajeno a mí, me confirmó que eso no es amor, que no es sano, que una pareja te da, no te quita, ¿hasta dónde iba aguantar?. Cuando salí le conté a mi expareja todo lo que habíamos hablado (claro me llevo hasta la puerta), recuerdo un murmullo constante, supongo que me estaba regañando, pero ya no importaba, me rodeaba una burbuja ajena a todo el exterior que me daba una paz interior, una liberación, me sentía ligera, había soltado todo el peso que llevaba y que no era mío…
Ahí cambió mi vida cuando empecé a ir a sesiones de reiki con Delia, a pesar de las broncas que tenía que soportar antes y después de ir a estas sesiones…, pero en estas sesiones volvía a conseguir esa burbuja de paz, ese bienestar, y una guía para encontrar mi camino aunque todavía no sabía dónde me llevaba.
Tenía claro que tenia que acabar con todo esto, pero aun no tenía el valor de hacerlo. Seguí aguantando la relación pero no a él, no paraba de decirme que era un hombre maltratado porque había que hacer lo que yo quisiera y mil estupideces más….
Escuchábamos la radio y salió un anuncio de maltrato psicológico cuando tu pareja no te deja hablar, cuando te controla….etc., eso también es maltrato,…, se quedó blanco,… y yo pensé todo lo que había vivido, cada cosa que en esa relación había sido un maltrato psicológico, desde el primer día. Eran demasiadas señales como para no hacerle caso…
Su poca madurez, la ausencia de cualquier tipo de cambio por su parte, su adicción al hachís, la idea de que él era mi vampiro energético que me estaba absorbiendo toda mi esencia, hizo que un día le dijera ¡¡basta!!, esto se acabó, tómate tu tiempo pero esto ha terminado…
Estuvo un mes llorando por cada esquina pidiendo otra oportunidad, mandando fotos de novio, escritos súper extensos que al final opté por no leer, me decía que esperara a que los niños crecieran para dejarle.
Cuando se dio cuenta que no era un enfado, sino que era definitivo, por fin recogió sus cosas y se largó.
¡Qué sensación sentí!, antes no respiraba, ahora cogía el aire y me llenaba de vida, me dí cuenta lo muerta que estaba. Estuve un mes con diarrea, expulsando literalmente toda la mierda que tenía acumulada. Una paz, una sonrisa dibujada en mi rostro, caminaba sonriendo, hablaba, me relacionaba, ya no era presa de nadie. Con mis hijos juego como si fuera uno de ellos, feliz. Ya no soy la mama asqueada y gritona que veían siempre.
El tardo dos semanas en empezar con otra, hacerlo público a todos los conocidos en común, un mes en que mis hijos la conocieran, que se fueran de vacaciones todos juntitos, de vivir juntos, de hablar intimidades y mentiras mías,…
¿Rabia? Sí mucha rabia de haber aguantado lo que aguanté pensando que me quería, excusándole porque era su forma de querer, permitirle que me faltara el respeto delante de mis hijos y que mis hijos vieran que era algo normal, que faltar al respeto era normal.
Ahora comprendo que cuando se ama a alguien no quieres su sufrimiento, no la menosprecias, ni la humillas, solo la respetas tal como es.
He llorado y me ha costado llegar donde estoy, era mucho rencor y mucho que perdonar, pero nunca le extrañé, nunca me fui a la cama y pensé en él.
Hoy puedo decir que soy libre que estoy feliz, que hasta disfruto respirando porque me llena de vida, he disfrutado de mi soledad, he descubierto quien soy. Relaciones así te dejan de tal forma que no sabes quién eres, qué es lo que está bien y lo que está mal. He pasado mi duelo. He aprendido a quererme y a valorarme, y tengo fuerza para afrontar todo lo que me queda por vivir.
Ahora desde fuera veo lo enfermo que está. Por suerte para mi le han despedido del trabajo y dudo que sepa lo que está haciendo con su vida, pero eso ya no es mi problema.
Disfruto junto a mis hijos de cada día, cada abrazo y cada sonrisa, de mi libertad por ser persona. Y mi psoriasis ha desaparecido.
Gran historia de valentía. Gracias por compartirla.
Esta tremenda experiencia de vida, de una mujer valiente y triunfadora me llegó profundamente porque yo estoy viviendo algo muy similar. Gracias a Dios y al Universo también salí de una relación tormentosa y tortuosa. afortunadamente no hubo hijos en común. Yo tenía los míos.
Él era un maltratador psicológico que me anuló completamente como mujer y como persona. Me separó de mis hijos y de mi familia.
Siento mucha rabia conmigo porque perdí casi 4 años de mi vida con una persona que no vale la pena y que me enemistó con mis hijos provocandoles un gran dolor y decepción. Lamentablemente esos años perdidos no se recuperaran, pero tengo la certeza que si recuperaré el amor y la confianza de mis hijos.
Confieso que he llorado mucho y aún lo sigo haciendo en silencio; son lágrimas de rabia e impotencia de como pude ser tan ciega y tonta.
Ahora a solo 2 semanas de haber terminado esa relación comprendo que ya no lo amo y que solo alimenté una relación de codependencia para con él.
Hoy me siento libre también pero con un gran sentimiento de culpa y espero que con el tiempo se pase y pueda ser feliz de verdad, recuperar el tiempo perdido con mis hijos y mi familia.
mi gran ayuda es la espiritualidad, el yoga y por supuesto el reiki.
NAMASTE, MI ALMA SALUDA A TU ALMA.
Hola. Mucho ánimo!! No te sientas culpable de nada!!. La vida pone situaciones de las que tenemos que aprender y estoy segura que lo conseguirás. La culpabilidad y mirar el pasado no te sacarán de ahí, piensa en que tú conseguiste salir de esa relación y ahora te queda ser quien eres que tarde o temprano tus hijos lo verán, pero antes trabaja esa culpabilidad, hay mucha vida por delante.Mucho ánimo!!!
Cuanto me alegro de ese por fin despertar ,y cuanto me alegro de ser maestra de,Reiki y que se confirme en cada caso diferente sus efectos sanadores y de ayuda a despertar de cons—ciencia ,Enhorabuena ,por tu valentia ,fuerxa y libertad